Thursday, December 28, 2006

DIALOGO Y COOPERACION INTERELIGIOSA




LAS DIFICULTADES EN EL DIALOGO
Y LA COOPERACION INTERELIGIOSA

Cuando profundizamos en el estudio de las distintas religiones y comparamos sus enseñanzas y prácticas, reconocemos que en lo fundamental la mayoría comparten unos valores espirituales comunes, así como también ciertas creencias básicas; tales como reconocer la existencia de Dios, el Creador de todo lo que existe, aunque lo definan con diferentes términos y le den distintos atributos; la creencia en una vida después de la muerte de nuestro cuerpo físico; y que debemos vivir de una forma altruista por el bien común y la felicidad de los demás. Entonces, ¿por qué existen tantas dificultades en el diálogo, el entendimiento y la cooperación entre personas que pertenecen a distintas tradiciones espirituales y religiosas?

Me gustaría ilustrar en la forma más gráfica posible con una analogía algunas de esas dificultades, y ofrecer algunas sugerencias que contribuyan a un mejor entendimiento y cooperación mutua. Usaremos el ejemplo de una montaña:

Tenemos una enorme montaña en la que multitudes de personas están subiendo por distintas rutas en cada una de sus múltiples laderas. Algunos están bastante arriba en su ascenso, mientras que otros apenas comenzaron.

Imagínense por un momento lo qué ocurriría si alguien de los que está bastante abajo en su ascenso en una de sus laderas pudiese comunicarse libremente con alguien de los que suben por la ladera opuesta. Esta persona relataría sus experiencias de cómo encontró la montaña, su apariencia, que características presenta, el camino de ascenso con todas las dificultades que encontró y superó, así como el paisaje que va divisando a medida que sube a los distintos niveles. El que le escucha pertenece al grupo de los que suben por el lado opuesto de esta montaña, y recibe esta detallada descripción, pero se queda muy desconcertado. Lo primero que piensa es que esa persona esta subiendo otra montaña diferente a la suya, pues su relato sobre la apariencia, las características de la montaña y el camino recorrido, son totalmente distintos al los que él experimentó, así como el paisaje que él divisa es también muy diferente al descrito.

Cada uno está totalmente convencido de las experiencias propias. Cada uno tiene seguridad de dar una versión acertada, precisa y verdadera en todo lo que expresa. De esta forma, el desacuerdo acerca de que están en el camino correcto para llegar a la cima se hace más intenso, no hay posibilidad de llegar a un consenso, ni aceptación mutua, y sinceramente creen que no merece la pena seguir hablando porque definitivamente sospechan de que están subiendo dos montañas diferentes, y que por eso llegarán finalmente a lugares distintos.

Cada uno va a insistir en que el otro está recorriendo un camino equivocado, y lo que debe hacer es desandar el camino ya recorrido, dar todas las vueltas que sean necesarias hasta que encuentre el camino correcto que el otro ha experimentado y que asegura es el único seguro para alcanzar la deseada cima.

Algo parecido, aunque en menor grado, ocurriría incluso en el diálogo entre aquellos que aun dentro de la misma ladera van por distintas rutas y se encuentran en diferentes niveles del ascenso. Aquellos que están más elevados pueden entender y aconsejar a los que todavía recorren las partes más bajas, pero no a la inversa, pues los de más abajo difícilmente entienden y comparten la perspectiva y el paisaje de los que ya alcanzaron en su ascenso los niveles más altos.

En este ejemplo gráfico de quienes suben la montaña podemos comprender el por qué de los distintos puntos de vista y las dificultades para dialogar, entenderse y poder cooperar en el propósito común de llegar a la cima. Algo que sí es claro de entender es que la mejor forma de que lleguen a comprenderse es que todos sigan adelante en su camino de ascenso y no se detengan ni retrocedan, pues en la medida en que lleguen a niveles más elevados podrán empezar a vislumbrar hacia el horizonte un paisaje cada vez más en común; y aunque todavía se encuentren en laderas opuestas, se darán cuenta de que suben la misma montaña y que por lo tanto alcanzarán la misma cima. No hay duda que una vez en la cima, todos y cada uno verán finalmente el mismo paisaje con la amplitud de los 360 grados a todo su alrededor.

El camino hacia el entendimiento, la comprensión y la unidad va a llegar en la medida que todos y cada uno profundizamos en nuestra propia fe, nuestras creencias y tradiciones. Solo cuando nos elevamos hacia la cima a través de profundizar en nuestra espiritualidad, podremos empezar a ver el mismo paisaje valioso y común que compartimos con aquellos que recorren un camino diferente, pero con quienes buscamos los mismos ideales y valores, y con los que en definitiva encontraremos, una vez alcanzada la cima, la misma Verdad y Amor Universal.

Esta analogía también nos lleva a la reflexión de que todos y cada uno de nosotros debemos recorrer nuestro propio camino espiritual, cada uno es responsable de buscar y encontrar la verdad, y de encontrarse y unirse con Dios por sus propios esfuerzos. Eso es algo que nadie puede hacer por otro, y que cada uno tiene que enfrentar este desafío de acuerdo a sus circunstancias. Por eso necesitamos tener paciencia y sabiduría en tolerar y aceptar de buen grado el camino que otros recorren y las diferencias con los demás, sean estas raciales, culturales o religiosas.

Esa es y ha sido la actitud del místico, que es la gran esperanza para el diálogo y la cooperación interreligiosa. Pero, ¿quién es el místico? No es necesariamente quien vive ajeno y apartado del mundo para concentrarse sólo en Dios. Es aquel que ve la realidad con "los ojos de Dios".

Los místicos de todas las religiones, aunque a veces manifiesten aspectos propios de su religión, se entienden, porque hablan un mismo lenguaje: el del amor de Dios. Como todos los místicos se levantan hacia Dios, y Dios es Uno, todos miran sobre el mundo de una manera similar. Dios unifica en Él toda la creación y a todos los que se acercan a Él. Un místico comprende a otro místico porque se sitúan en el mismo punto de vista: el de Dios. Por ello, los encuentros de oración entre miembros de diferentes religiones no son difíciles y sí muy provechosos. A la vez, no caen en el fundamentalismo porque reconocen amargamente la distancia que todavía les separa de Dios.

Los auténticos místicos son personas enormemente desprendidas porque desde Dios han comprendido qué es lo importante. Su deseo está puesto sólo en Dios. Por ello viven altruistamente para el beneficio de los demás.

Los místicos de todas las religiones se entienden porque todos pueden ver a las instituciones sólo como vehículos de su religión. Esta actitud les cuesta a menudo ser considerados heréticos. Ven en la Institución no un fin sino un medio para llegar a Dios. No la desprecian sino que la valoran y mucho. Pero la valoran como un medio y en tanto que medio.

Mi amigo Benecdito Revilla es un ejemplo de esto, el es un sacerdote católico, virgen y célibe de 73 años, "Un Trotamundos Castellano…Español Universal…Ciudadano del Mundo…y un hijo de Dios al servicio de la Humanidad" - como él mismo se define. Un profeta de la integración o teólogo de la unidad. Se siente sacerdote universal, porque como él dice: "El ser - los seres- respiran a un solo ritmo y Dios es Envolvente. No tiene color, ni religión, ni raza específica: ama a todas sus criaturas y a todas se revela."

Cuando baja inspirado de la montaña al igual que Moisés con las tablas de la ley, se topa con los ridículos ídolos erigidos desde las limitadas perspectivas de cada valle. "Demasiadas barreras, alambres espinados, conflictos y divisiones. Demasiados pontífices pretendiendo monopolizar verdades y revelaciones."

Como Dios es invisible e intangible, sus palabras nos llegan generalmente a través de sus mensajeros, representantes y mediadores. Por eso, siempre existe el peligro en ellos y en todos nosotros (si no estamos realmente en comunión con Dios) de hablar a la ligera en el "nombre de Dios", la arrogancia de creernos los únicos poseedores de la "verdad absoluta", y el peligro de mantener una actitud de exclusivismo, triunfalismo y superioridad, que busca la conversión, subyugación y sumisión de todos los demás. Esa actitud puede ser beneficiosa en las campañas evangelistas para ganar miembros, pero puede llegar a ser una tendencia muy peligrosa para el futuro. Fue precisamente esa actitud de superioridad, menosprecio e intolerancia la que históricamente fue responsable de muchas persecuciones, de la inquisición y de las desafortunadas guerras religiosas, en las que ambas partes se mataban creyendo que estaban defendiendo la verdadera fe y que Dios estaba de su lado. Como dijo Johnatan Swift: “Tenemos la suficiente religión para odiarnos unos a otros, pero no tenemos la suficiente religión para amarnos unos a otros.”

En una reciente investigación, el Dr. Frank Kaufmann señala que la "Guerra de los 30 Años" en Europa in el Siglo XVII, iniciada por motivos religiosos, exterminó al 20% de la población, comparado con la Segunda Guerra Mundial que supuso el extermino de un 3% de la población.

Si no desarrollamos un corazón de amor universal y de verdadera unificación, vamos a correr el peligro de acabar creyendo que la salvación consiste en la imposición de nuestras ideas sobre las de los demás, en lugar de buscar la unificación de la humanidad bajo los principios del verdadero amor de Dios a través de la apreciación, el reconocimiento y la búsqueda de todo lo bueno y original que de hecho ya existe y está presente en nosotros (sus hijos) como representantes de las diversas tradiciones y culturas. (Ver nota sobre “Valores universales y el orden de prioridades”)

Tenemos que reconocer que Dios trabajó y trabaja en muchos lugares y a través de muchas diferentes personas en diversas culturas, tanto ahora como en el pasado, y no única y exclusivamente sólo a través de nuestra religión particular como creían y creen muchos todavía. Eso me recuerda las palabras pronunciadas en 1893, hace más de cien años, en Chicago ante el Parlamento de las Religiones del Mundo por el sabio hindú Vivekananda,:

“Mucho se ha dicho sobre los elementos en común para la unidad religiosa. Yo simplemente no voy ahora a aventurar mi propia teoría. ¿Pero si alguien aquí espera que esa unidad vendrá sobre el triunfo de una de las religiones y la destrucción de las otras, yo le digo: "Hermano, esa es una esperanza imposible". ¿Es mi deseo que el cristiano se convierta en hindú? ¡Que Dios no lo permita! ¿Deseo yo que el hindú o el budista se vuelva cristiano? ¡Que Dios no lo permita!

La semilla se pone en la tierra, y se rodea de tierra, agua y aire. ¿Se convierte la semilla en tierra, o en aire, o en agua? No, se transforma en una planta. Se desarrolla a través de la ley de su propio crecimiento, asimila el aire, la tierra y el agua, y los convierte en la propia substancia de la planta, y es así como crece y se desarrolla en una planta.

Algo parecido ocurre con la religión. El cristiano no se va a convertir en hindú o en budista, ni un hindú o un budista va a volverse cristiano. Pero cada uno debe asimilar el espíritu de los otros y aun así conservar su individualidad e identidad y debe crecer según su propia ley de crecimiento.

Si el Parlamento de Religiones ha mostrado algo al mundo, es esto: Ha demostrado al mundo que la santidad, la pureza y la caridad no son posesiones exclusivas de alguna iglesia o religión en el mundo, y que cada tradición religiosa ha generado hombres y mujeres del carácter más elevado. Ante esta innegable evidencia, si alguien sueña con la supervivencia exclusiva de su propia religión y con la destrucción de las demás, me compadezco de tal persona desde lo más hondo de mi corazón, y le señalaría que a pesar de la resistencia pronto en el estandarte de cada religión se escribirá: "La ayuda y no la lucha," "la asimilación y no la destrucción," "la armonía y la paz y no la discordia."

Todas las cosas que nos separan - sean credos, sacramentos, jerarquías, denominaciones, religiones - tienen poco valor o significado en el mundo espiritual eterno. A los ojos de Dios, somos todavía muy intransigentes, estrechos y ciegos, olvidándonos de las cosas esenciales y demasiado ocupados con los asuntos pueriles.

Se dice que los astronautas, cuando contemplan la tierra desde el espacio, durante la primera semana miran sólo su propio país; durante la segunda semana se identifican con su continente, y que al partir de la tercera semana, sienten que pertenecen a un único planeta. Tal vez en ellos se dé de forma condensada el proceso de la humanidad: desde el instinto tribal, cuyo sentimiento de pertenencia a un grupo tiende a ser excluyente de los demás, hacia una progresiva ampliación del horizonte de fraternidad mundial.

La época de las denominaciones ha pasado. Tenemos que trabajar juntos para realizar la UNIDAD del mundo de Dios. Si no hacemos esto voluntariamente, se nos impondrá por las demandas de las nuevas generaciones, y por las numerosas fuerzas espirituales sin precedente que ya están operando en el mundo.

Jesus Gonzalez Losada


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PLURALISMO RELIGIOSO


El cristianismo en su modo de ver a otras tradiciones religiosas asume tres posiciones, representadas metafóricamente como la subida a una montaña. Cuando un grupo de personas intenta subir a una montaña lo puede hacer de tres modos distintos:

1- Para subir a la cima existe un único camino. - Ésta es la postura que defienden algunos cristianos al decir que sólo si te conviertes y crees en lo que predica mi iglesia te puedes salvar. Es una postura excluyente. También la podemos denominar ECLESIOCENTRISMO ya que pone en el centro del plan de salvación de Dios a la Iglesia. Sólo la Iglesia es depositaria de la salvación, y todas las demás religiones están destinadas a desaparecer y a subsumirse en la Iglesia. Todo apunta a la Iglesia como a su centro y destino. Está ejemplificada esta postura en la famosa frase “Fuera de la Iglesia no hay salvación”.

2 - Para subir a la cima existe un camino principal y otros secundarios. - Es la postura de asimilación y del inclusivismo cristiano. Según esta posición una religión tiene la Verdad a través de la cual se llega a la salvación y las otras religiones tienen algo de verdad y valores que pueden ayudar a sus fieles a llegar a la salvación. Pero, porque no han tenido la posibilidad de conocer a Cristo, no han podido hacerse cristianos, que serían según Karl Rahner los llamados "cristianos anónimos". Estos caminos secundarios terminan por unirse al camino principal que es el ofrecido por Cristo. Se piensa ahora que también fuera del cristianismo hay presencia de la Verdad de Dios y presencia de su Salvación, pero no se deja de pensar que esa Verdad y esa Salvación son las que son propias del cristianismo, las que manifestó Jesucristo, el Hijo de Dios venido a este mundo. Nadie se salva pues si no es por la mediación de Cristo, aunque esté en otra religión y no conozca a Jesucristo. Por eso a esta posición la podemos llamar CRISTOCENTRISMO. El lema ejemplificador de esta posición sería “Sólo Cristo salva”.

3 - Existen diferentes caminos pero todos llegan a la cima. - Ésta es la postura del pluralismo religioso. Todas las religiones ofrecen un camino para llegar a la salvación y no se puede decir que uno sea mejor que otro. Cada uno tiene la Verdad. Todas las religiones se sitúan al mismo nivel. No hay unas religiones superiores y otras inferiores. No puede existir la competición entre las religiones sino una actitud de mutuo respeto y querer aprender los unos de los otros. Conocerse y aprender mutuamente para poder trabajar conjuntamente por la paz, sin rivalidades religiosas. Podríamos llamar a esta posición TEOCENTRISMO porque sostiene que quien está en el centro es Dios y sólo Dios. En su derredor están todas las religiones, que se relacionan con Dios directamente, sin la mediación cristiana. Cristo y el cristianismo están al lado de las otras religiones, sin que deban ser considerados como mediaciones absolutas para las demás religiones.

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En el artículo (que reproducimos a continuación): “El Rev. Sun Myung Moon: Un Apasionado Pluralista”, el Dr. Cromwell Crawford, presidente del departamento de religión de la Universidad de Hawai, reconoce que “si existiera un Premio Nobel al ecumenismo, el Reverendo Moon ciertamente lo ganaría”.

Para enmarcar la importancia de su legado ecuménico, déjenmela ponerla en contexto en una paradoja cristiana fundamental, que es destacada por la situación religiosa en la América contemporánea. El nuevo libro de la profesora de Harvard Diana Eck, "Una Nueva América Religiosa: Cómo un País Cristiano se Transformó en la Nación con la Mayor Diversidad Religiosa del Mundo," claramente documenta que ahora los americanos viven en una sociedad pluralista sobe la religión. A pesar de que aún muchos americanos se identifican a sí mismos como cristianos, la fuerza de la globalización y la inmigración están transformando el paisaje religioso de América, con una diversidad cada vez más y más grande. El pluralismo es colorido e interesante, pero también representa un gran desafío para los cristianos. Bob Abernethy, un eminente miembro de la Iglesia Unida de Cristo, apunta al quid de este desafío de la siguiente manera:

¿Cómo sigo confiando en la verdad de mi propia fe y al mismo tiempo aprendo a entender y respetar la fe de otros? ¿Hay muchos caminos que ascienden la montaña de Dios y todos ellos llevan hacia la cima? ¿Es mi camino mejor que el de otros? ¿O es solamente el mío el que llega hasta el destino?
("Fiel y Respetuoso," Siglo Cristiano, 15 de Marzo de 2000, página 294)

El dilema de Abernethy enmarca la paradoja cristiana de esta forma: "Jesús es el único camino y su estilo nos enseña a vivir en paz con otros estilos." Por un lado de esta aparente contradicción está la Gran Dirección de Cristo: "Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo, enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo." (Mat. 28:19) En el otro extreme está el mandato de Cristo: "tened paz los unos con los otros." (Mar. 9:50)

¿Cómo ha dirigido esta paradoja cristiana el Reverendo Moon?

Una investigación de su vida y labores demuestran claramente que le Reverendo Moon ha rechazado el acercamiento exclusivista, representado por teólogos como Karl Barth. Barth enfatizaba la revelación por sobre la razón, y trató así la paradoja negándola. Por su interpretación, la revelación es la auto manifestación de Dios, lo que hace de esto algo "completamente nuevo," que ningún simple mortal podrá conocer por sí mismo. La religión, por otro lado, es algo que se ha desarrollado arbitraria y deliberadamente. Se opone a la fe en su tentativa de abarcar a Dios.

La interpretación del cristianismo de Karl Barth, en términos de "exclusivismo," ha sido la visión dominante de la iglesia a través de la historia, y en años recientes ha servido como el trampolín para el evangelismo de las iglesias conservadoras, que han crecido mientras las iglesias comunes están perdiendo su membresía. Un catalizador en este movimiento ha sido el evangelista Billy Graham, quien ha construido un ministerio global a través de su oposición al "sincretismo" que enseña que todas las religiones son una en el centro, a pesar de ser diferente en la parte periférica, y por lo tanto personas de diferentes fes deben aprender a compartir con otras. En contraste al mensaje del sincretismo, los evangelistas enseñan el diálogo mutuo y la cooperación entre el Cristianismo y otras fes, puede y debe ocurrir en el área de una revelación general, pero no debe haber un dar y recibir sobre una revelación especial. Aquellos que precedieron a Cristo y aquellos que no han escuchado su mensaje deben ser juzgados, en imparcialidad, por sus propias luces, pero desde el momento en que nadie vive de acuerdo a su propia conciencia, todas las personas son culpables frente a Dios y necesitan el plan de salvación en Jesucristo.

Así, los evangélicos están convencidos que los cristianos no deben sucumbir frente al encanto del sincretismo, que llama a todos a vivir en una armonía religiosa, sino deben insistir que, aún en la era del pluralismo, ellos solos viajan en la "Autopista del Cielo."

Karl Rahner (1904-1984) es generalmente presentado como un "inclusivista," considerando su influencia en el Concilio Vaticano (1962-65) y su esfuerzo por entender la presencia de la Gracia de Dios fuera de la iglesia visible. Rahner presentó la visión de que los no cristianos pueden encontrar a Cristo dentro y a través de sus propias religiones, sin saberlo. Por lo tanto, él llamó a estas personas de piedad "Cristianos anónimos." YO personalmente encuentro la posición de Rahner exclusivista e imperialista. En la superficie, este tipo de Cristianismo es inclusivista, porque permite a otras religiones compartir la verdad de su propia religión; pero esto está definido en términos del Cristianismo. Rahner intenta colgar del viejo exclusivismo (Cristo es el Señor de todo), mientras que hace una demostración de inclusivismo (un hindú es un "cristiano anónimo") ¿Rahner podría revertir los roles y decir que un cristiano es un hindú anónimo, o un musulmán anónimo, o un judío anónimo? Su ecumenismo está dañado porque él intenta comer su torta y tenerla al mismo tiempo.

Como debemos mostrar, el acercamiento del Reverendo Moon a la paradoja Cristiana no comparte los sentimientos del cristianismo exclusivista. El está más cerca de los eruditos que promueven un acercamiento inclusivista.

Otro pensador inclusivista de gran reputación, con una extensa actividad en el campo del diálogo entre cristianos y budistas es John B. Cobb Jr. Su visión sobre el "pluralismo radical" difiere del "pluralismo" de John Hick, ya que este apunta a que otras religiones hablan de diferentes, pero igualmente válidas verdades. El no ve una razón a priori asumir que la religión tiene una "esencia," y llama al pluralismo que permite a cada tradición religiosa definir su propia naturaleza y propósito. De esta manera, la formulación de un pluralismo radical que hace Cobb afirma unicidad. Como un buen metodista, él afirma la unicidad de cristianismo, y por lo tanto mantiene obviamente se apoya un brazo en la paradoja cristiana. Pero el otro brazo de la paradoja no es negado o depreciado, a saber, la necesidad de vivir en paz con otras fes. El también afirma la unicidad del Confucionismo, del Budismo, del Hinduismo y del Islam. Más allá, la unicidad de cada una incluye un único Ser Superior, a saber, la habilidad de alcanzar lo que por sus propias normas históricas es más importante. Así, el pluralismo radical de Cobb parece ser mejor entendido por la paradoja cristiana que afirma simultáneamente la unicidad del cristianismo y la meta de vivir en paz con otras fes.

Debe objetarse que la idea pluralista de Cobb es solamente eso, un ideal. Aquí debemos precisar rápidamente que los ideales y las aspiraciones de la forma de pluralismo de Cobb se han afirmado por un tiempo prácticamente a través de las muchas agencias ecuménicas fundadas por Moon. He conocido a estas organizaciones íntimamente y puedo atestiguar que no han tenido ninguna agenda oculta hacia el sincretismo o la homogeneización de todas las religiones en Una Religión Mundial. Por el contrario, ellas celebran la unicidad de diversas fes, afirman sus múltiples características internas, consolidan su diversidad, proveen foros para el enriquecimiento mutuo, y han unido sus esfuerzos colectivos para la paz del mundo.

La misión pluralista de Moon resuena con nuestra experiencia religiosa común, que cuanto más profundo investigamos nuestras propias y respetivas religiones, más cerca venimos a esa aprehensión del amor de Dios y amor a la humanidad que une a la humanidad. Uno que está atado firmemente a su propia tradición, es más libre y seguro para encontrar bases espirituales comunes con los miembros de tradiciones diversas. Para ir a niveles más profundos de fe, el Reverendo Moon ha establecido a la paz mundial como su meta e intenta llevar los recursos de las diversas tradiciones -creencias, prácticas y rituales- para alcanzar ese fin. Con la paz mundial como fin, no hay necesidad de creyentes de su propia fe para sentir que necesitan comprometer sus creencias.

Lo que de hecho se siente, lo que entonces sirve como ímpetu para dialogar, es la necesidad de las religiones para vivir en una paz respetuosa entre ellas, antes de convocar al mundo a una tolerancia mutua. De la misma manera, las numerosas denominaciones, sectas y fracciones, que a menudo son abiertamente hostiles en muchos grupos religiosos, están confrontándose con la necesidad de un mutuo entendimiento. Los conflictos internos deben ser curados antes de que se puedan promover pacíficas relaciones antirreligiosas y los religiosos deben poner sus casas en orden antes de predicarle al mundo.

Una vergüenza importante en la historia de las religiones mundiales, cuestionando su credibilidad, es el hecho que han emprendido guerras santas contra los miembros de diferentes confesiones, inclusive a los disidentes de sus propias confesiones. Por estas razones, Moon ha promovido diálogos tanto intrareligiosos como interreligiosos. La estrategia en cada caso no es ser meramente reactivos: para el bien de resolver los conflictos, sino ser proactivos: por el bien del mutuo mejoramiento. Todo se hizo con la esperanza de que las voces proféticas como la de Samuel Huntigton, puedan probarse erróneas en el reclamo de que el mayor desafío de la humanidad no vendrá de las ideologías seculares, sino del choque de civilizaciones, conducido por las religiones. Así, mientras más avanzamos en el siglo XXI, descubrimos que la invocación de que hay "un camino" hacia la salvación, es desafiada y suplantada por nuevos caminos de realización espiritual. Entre estos nuevos caminos y este es el mayor tributo del Reverendo Moon, que su Federación de Familias para la Paz Mundial está emergiendo como uno de los cuerpos más innovadores y ecuménicos, dedicado a ayudar a los creyentes a mantenerse comprometidos con la verdad de su propia fe, al tiempo que simultáneamente aprenden a entender y respetar la verdad de los demás.

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LOS DIEZ PUNTOS DE UNIDAD ENTRE LAS RELIGIONES MUNDIALES




LOS DIEZ PUNTOS DE UNIDAD ENTRE LAS RELIGIONES MUNDIALES *


  1. Hay una Realidad Absoluta y Última, o sea un Dios Trascendental, que define el origen y el propósito de la vida y con el cual los seres humanos tienen afinidad.

  2. El universo tiene un propósito y un orden moral, los seres humanos están bajo leyes espirituales y cada persona cosecha los frutos de sus acciones.

  3. Cada persona tiene un destino eterno, una vida después de la muerte; el universo incluye varios niveles espirituales.

  4. Hay una Meta Suprema (la salvación, la iluminación, la liberación, la realización) que, en su forma básica, está al alcance de cada persona.

  5. El ser humano está manchado por un estado de maldad que no deja a la persona alcanzar esta Meta Suprema sin ayuda de terceros.

  6. Cada persona es libre y responsable de su crecimiento personal, pero no puede alcanzar esta libertad plenamente, hasta que se solucione este estado de maldad humana.

  7. Cada persona tiene obligaciones éticas en su ambiente de familia, de sociedad y en su lugar particular en el mundo.

  8. El camino para convertirse en una persona moral, consiste en la práctica del control sobre su cuerpo y de la auto-negación.

  9. El camino para la bondad, radica en el amor y el auto-sacrificio. La verdad espiritual completa va más allá de estos conocimientos en común e incluye los pensamientos de las religiones históricas.

  10. Tanto el conocimiento de la Realidad Última y Absoluta, como así también el camino hacia la salvación, nos viene a través de los distintos fundadores de las diversas religiones, que alcanzaron conocimientos y revelaciones particulares, tocando puntos más allá del conocimiento obtenido solamente con la razón.



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* Andrew Wilson, “World Scripture and Education for Peace”, presentación como parte de las conferencias de la “New Ecumenical Research Association”, Chateau de Bellinglise, Elincourt Ste.Marguerite, Francia, 7-12 de Mayo 1992, New York, International Religious Foundation, 1992.
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